'23 días y 23 horas en prisión'

 

Sala declara que la alegría por su libertad no será completa mientras

Navarro y Oliveró permanezcan en la cárcel

 

LUIS MAURI, Barcelona

 

"¡Se abre, se abre!". Las primeras palabras del ex senador socialista Josep

Maria Sala al reencontrarse cara a cara con la libertad lograron

sobreponerse al chirrido inconfundible, cinematográfico, de la reja de la

prisión abriéndose a su paso. Después de 23 días y 23 horas

preso, Sala salió del penal barcelonés de Brians a las cuatro menos

cuarto de la tarde de ayer. Y lo hizo del mismo modo que había

entrado: desde las pantallas de televisión. "Se está a gusto aquí

fuera", comprobó con una sonrisa inmensa cruzándole el rostro, más

pálido y delgado que de costumbre.

 

Tampoco ayer Sala había dejado nada a la improvisación. Abrazó a los

cuatro socialistas que le esperaban con impaciencia y alborozo (los

miembros de la ejecutiva del PSC Josep Montilla y Miquel Iceta, el

senador Joan Oliart y el capitán Manuel Bustos) y reunió a los

periodistas bajo el único olivo que hay a la puerta de la cárcel.

Igual que el día que entró. Nada más y nada menos que un olivo, el

símbolo de la coalición de centro izquierda italiana que tantos

discursos ha inspirado últimamente a la izquierda catalana.

 

Bajo el árbol, Sala recitó, primero en catalán y luego en castellano,

unas palabras que llevaba aprendidas. Se felicitó por haber recobrado

la libertad. Reiteró, "sin rencor", que se considera víctima de una

grave injusticia fruto de un error judicial. Agradeció las muestras de

solidaridad recibidas desde que ingresó en la cárcel. Anunció que no

desfallecerá hasta que los tribunales proclamen que es inocente. Y

aseguró que la alegría que en aquel momento le embargaba no era

completa porque el ex diputado socialista Carlos Navarro y Luis

Oliveró, ex administrador de Filesa, siguen privados de la libertad

que él acababa de recobrar en aquel momento.

 

"Navarro y Oliveró también son víctimas de una sentencia injusta",

declaró Sala. La sentencia del Tribunal Supremo sobre el caso Filesa

de financiación ilegal del PSOE condena a Sala a tres años de prisión

y seis de inhabilitación pública, a Navarro a 11 años de cárcel y a

Oliveró a 10 años. Los tres solicitaron amparo al Tribunal

Constitucional, pero éste sólo ha concedido la excarcelación al ex

senador.

 

Desde que el pasado día 12 el fiscal del Constitucional emitió un

informe favorable a la puesta en libertad de Sala, los socialistas

esperaban con impaciencia la salida de su compañero del penal. La

semana pasada fue rica en rumores y en tópicos. Unos apostaban que la

libertad le llegaría a Sala en forma de regalo de aniversario, el 17

de diciembre, día en que el ex dirigente del PSC cumplió 52 años.

Otros recreaban un añejo y pegadizo lema publicitario para aventurar

que Sala, como los turrones El Almendro, regresaría a casa por

Navidad. Al final, el Constitucional pareció elegir otro tópico: la

libertad le llegó a Sala el mismo día que los niños de San Ildefonso

cantaban el gordo de Navidad. Una buena lotería, celebró un miembro de

la ejecutiva socialista.

 

La impaciencia de sus compañeros del PSC durante los últimos días era

tal que habían reservado un gran local municipal de Barcelona, las

Cotxeres de Sants, para homenajearle el sábado pasado. La

excarcelación no llegó a tiempo y la reserva hubo de ser cancelada.

Pero esta tarde sí habrá fiesta socialista. Y regalo: una colecta

entre amigos y compañeros de partido para costear la edición del

dietario que Sala ha escrito en prisión y cuyos primeros capítulos

fueron publicados en exclusiva por El PAIS el pasado 7 de diciembre.

 

Sala le cogió el gusto a eso de escribir un diario y difundió los

siguientes capítulos por Internet, merced a la colaboración externa de

sus compañeros. En el último capítulo introducido en Internet,

correspondiente al sábado pasado, Sala advierte que es el último

día de otoño y anota que ha perdido un kilo de peso y dos centímetros

de barriga ("perímetro abdominal", escribe él) en tres semanas de

cautiverio.

 

Aunque ya había almorzado en la prisión, Sala comió de nuevo al salir

en un restaurante cercano al penal. Allí se reunió con los cuatro

compañeros que fueron a esperarle y con el alcalde socialista de Sant

Esteve Sesrovires, municipio en que está enclavada la cárcel. El

alcalde invitó a cava. Sala tomó una crema de puerros y unos

espárragos gratinados. "Dos primeros platos, porque ya he comido allí

dentro", explicó a sus amigos.

 

El líder de ERC, Josep Lluís Carod, declaró ayer que el hecho de que

Sala sea el único condenado por Filesa que ha sido liberado puede

generar la imagen de que existe una "conjura" para proteger de las

penas de cárcel a los políticos en activo.

 

El secretario general de Convergència, Pere Esteve, expresó su alegría

y reiteró su acatamiento a las decisiones judiciales. El líder del

PSC, Narcís Serra, lamentó que Navarro permanezca en prisión. Pasqual

Maragall apuntó que Sala ha sido el "cabeza de turco" de todos los

partidos.

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