MIQUEL ICETA: "Ojalá
otros políticos sigan mi ejemplo"
Tengo 39 años. Nací en
Barcelona, de madre catalana y padre vasco. Empecé a
estudiar Químicas, pero entré en política a los 17
años, y sigo. Soy soltero, pero vivo en pareja. No
quiero tener hijos. Conduzco un Golf. Tengo tres
gatas. Siempre he sido socialista. Tengo una web en
Internet. Dejo el Congreso para tomar mi escaño en el
Parlament.
VÍCTOR-M. AMELA
¿Tiene usted
pareja?
-Sí, desde hace siete años: es más joven que yo, se
llama Xavier y colabora con las juventudes del
partido.
-¿Le gustó a él
que usted hiciese pública su homosexualidad?
-Sí: él me animó. Aunque, como en los matrimonios
progres, no le gusta dejarse ver conmigo porque no
quiere ser visto como "pareja de...", sino ser él
mismo.
-¿Qué reacciones
ha vivido usted desde su declaración, hace hoy una
semana?
-Todas de apoyo. La frase que más he oído estos días
es: "¡Olé tus huevos!". Para mi sorpresa: llevo 22
años en la política y resulta que adquiero notoriedad
por decir que me acuesto con un hombre.
-¿Le sorprende?
-Me confirma que aún hay mucho camino hasta llegar a
la normalidad. Lo ideal será cuando esto, un día, no
llame la atención: entonces no hará falta decirlo,
como no digo hoy si colecciono sellos, porque da
igual.
-¿Cuándo supo
usted que era homosexual?
-En torno a los 14 años. Me gustaban los tíos. Cuando
a mis amigos les gustaba Carolina de Mónaco, a mí me
gustaba Elton John.
-¿Tuvo alguna
novia?
-Sí. Una chica fantástica que me caía muy bien. Pero
yo intuía que eso no era lo mío...
-¿Le costó mucho
revelárselo a su familia?
-Hace seis años sentí la necesidad de explicarlo, de
que no podía ser que no lo supieran.
-¿Qué reacción
obtuvo?
-Compleja, mezcla de desconcierto, tristeza y
comprensión. Pero no se deterioró la relación. Yo voy
una vez a la semana a comer a casa de mi madre, pase
lo que pase.
-¿Aconseja a otros
homosexuales que revelen su condición sin miedo?
-Es normal que teman que decirlo puede desencadenar un
dramón familiar, pero les aseguro que, al final,
raramente se rompe una buena relación familiar por
esta causa.
-¿Ha hecho
pedagogía con su declaración?
-Sí: he dicho en público lo que aún muchos no se
atreven a decir ni en privado.
-Quizá porque
hacerlo podría perjudicarles profesionalmente...
-Es verdad. Lo entiendo. ¡Y por eso lucha el
movimiento gay!: si un político reconoce su
homosexualidad, eso ayuda, porque hoy parece que sólo
sea aceptable que haya homosexuales entre los
artistas. Y me dicen: "¿Homosexual, tú? ¡No lo
pareces!". ¿Qué quieren, verme con una pluma en la
cabeza?
-¿No le ha
perjudicado su homosexualidad en su carrera política?
-No: todos lo han sabido siempre entre mis compañeros
de partido y en el entorno político. Eso sí, se lo
comuniqué a Narcís Serra cuando me llamó para la
Moncloa, en 1991, por si eso podía perjudicarle, y él
no le dio importancia. He sido un privilegiado.
-¿Le gustaría que
otros políticos siguieran su ejemplo?
-Sí, ojalá. Eso ayudaría a que dejase de ser un
problema algo que todavía hoy lo es. Pero hacerlo o no
es una opción de la libertad personal de cada uno,
claro.
-¿Y sirve para
ganar votos?
-¡Si esto diera muchos votos, ya se habrían espabilado
todos los partidos por hacer lo mismo! No, no creo que
nadie cambie el voto por eso. Y me parece fantástico
que haya un movimiento de gays de apoyo al PP. Es un
buen camino. La homosexualidad no debe ser una bandera
de un solo partido.
-¿Y por qué eligió
precisamente la campaña para hacer público lo suyo?
-Para aprovechar que todavía soy diputado del
Congreso. Eso le da más peso a la declaración, y eco
en toda España.
-¿No sería más
útil para los homosexuales aprobar leyes contra la
discriminación?
-Sí, y el movimiento gay va a luchar para que la
convivencia de una pareja homosexual sea considerada
como otra forma de familia. ¡Xavier y yo queremos
también nuestro libro de familia!
-¿Lo conseguirán?
-Vi claro que sí el día en que la revista "The
Economist" lo defendía en su portada. En lo legal, soy
optimista. En lo social, es otra cosa.
-Es pesimista...
-Dejaré de serlo el día en que un homosexual le diga a
su familia que lo es y la familia no sufra por él.
Falta mucho para eso.
-¿Y no ha pensado
usted en tener hijos?
-Nunca. Me parece una responsabilidad muy grande y
poco compatible con mi forma de vida. No me veo.
-¿Qué le han dicho
sus colegas de profesión política durante esta semana?
-Me han felicitado Felipe González, Reventós,
Campuzano, Obiols... Muchos. Narcís Serra me preguntó:
"Com estàs?". Borrell me dijo: "Ostres, molt bé!".
-¿Le dolió mucho
que Borrell tuviese que abandonar su candidatura?
-Sí. Yo le apoyaba porque era un excelente candidato.
Pero...
-Al candidato
Maragall le va mejor, ¿no?
-Sí: la mayoría de los catalanes le prefieren como
presidente antes que a Pujol.
-Pero no lo será:
no suma mayoría de escaños, y Pujol sí puede tenerla.
-Pero la lista de Maragall es la más votada, y Pujol
nos pidió el otro día que respetásemos la lista más
votada, ¿no?
-Bien, pero lo que
cuenta, al final, es la aritmética de escaños: son las
reglas del juego.
-Ya, y otro que no es Maragall será president,
probablemente. Pero lucharemos para que lo sea. ¿Cómo?
No sé. Un mando tripartito, un reparto del mandato...
No sé.
-O hasta las
próximas elecciones.
-Sí, y entonces intentaremos que haya otras elecciones
cuanto antes.
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